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Primer equipo

Ñoño, un producto con denominación de origen

Antonio Rodríguez Bosmediano tuvo una doble virtud en su doble vida profesional. Ñoño fue un futbolista popular en la UD Las Palmas, por su juego fibroso en la vanguardia de las formaciones del equipo. Y, más tarde, sus bocadillos de calamares en el negoc

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A Ñoño le tocó desarrollar su trayectoria deportiva profesional en una etapa de notables futbolistas isleños, partiendo en 1969 tras el ciclo del subcampeonato y tercer puesto en la Liga. Aunque casi a modo de exitosa predicción, su debut con el equipo amarillo se produjo el 14 de diciembre de ese año precisamente con un triunfo memorable (1-0) frente al FC Barcelona. 
Luis Molowny había en aquel jugador de pequeña estatura (1,62) un atacante explosivo capaz de sorprender en pocos metros a los zagueros adversarios. No era fácil la titularidad entonces en el equipo amarillo. Ñoño estuvo en el equipo de su tierra hasta 1972, antes de seguir la profesión -primero como cedido- en equipos de la Península de Segunda División. Su destino inicial fue Valladolid y, más tarde, Osasuna de Pamplona.
Su rastro en la UD Las Palmas dejó 40 partidos en Primera y seis más en Copa, con un total de 7 goles anotados. Y siendo amarillo en su expediente figura la internacional en el equipo preolímpico de España que dirigía José Emilio Santamaría.
Para cuando colgó las botas inició su otro camino profesional en la vida. En la descripción de su ciclo empresarial recuerda que con su esposa, Mari Luz, retomó en 1983 el negocio de su padre en Guanarteme: “El Bar de Ñoño”. Y la idea la transformó. En un día, 3.500 bocadillos. Es el récord que ninguna estadística recoge porque con la mesa y mantel dejó su otra estela que le mantiene en la popularidad insular.