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Ricardo Martínez Sáez (Ricardito)

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RICARDO MARTÍNEZ SÁEZ

(RICARDITO)

 

Ponderado y refinado en los gestos, su semblante refleja sabiduría y mesura. Aunque de diálogo fluido  y respetuoso, le cuesta hilvanar sus pensamientos ya que según él mismo nos comenta, el transcurso de los años ha dejado su huella. Es posiblemente junto a Pepín y Marcial –dos ex compañeros de equipo de su misma generación- de los jugadores peninsulares más queridos por la afición canaria, hasta el punto de considerárseles canarios de adopción.

Ricardo Martínez Sáez (Ricardito), nació en un pueblo murciano llamado Santomera el veinticinco de enero de 1930. Sus padres, D. José Martínez, de profesión veterinario y Dª Josefa Sáez trataron de desvincularlo por completo del mundo del fútbol, en la creencia de que su desmesurada pasión por este deporte, pudiera perjudicarle en su formación cultural.

Ricardito.

¿Cómo fueron sus primeros contactos con el balón en la pequeña localidad murciana de Santomera?

- En este pueblo pimentonero viví hasta la edad de diez años. Mis primeros contactos con el balón fueron en las calles y los cercados de los campos donde jugaba con mis amigos. De esta localidad, partimos a Alhama, otro pueblo murciano, donde mi padre fue nombrado veterinario. En edad infantil comencé jugando con "Los Leones Rojos", un equipo de amigos de la localidad. De este club pasé al Alhama de categoría regional en la que con sólo quince años tenía que enfrentarme a gente muy veterana que procedía de equipos de la liga nacional y vivía los últimos años de su carrera deportiva. Yo tenía todavía pantalón corto y era de aspecto muy aniñado. Aún recuerdo el día que al disponerme a entrar en el campo con mis compañeros para jugar un partido, los porteros del estadio no querían dejarme entrar, pensando que era un niño que se había colado.

En el Alhama permanecí dos temporadas hasta ingresar en el "Peña Golosa", un equipo de Alcantarilla de primera regional.

En el segundo partido fuimos a Elche a jugar con el Ilicitano y los dirigentes del Elche CF, que habían ido al encuentro a verme jugar, me ficharon con sólo 16 años teniendo que falsificar la ficha profesional.

Al poco tiempo fui sancionado por la federación ya que el Murcia, que pretendía mis servicios, había denunciado mi contrato.

En el Elche jugaría dos temporadas logrando el ascenso a 2ª División.

Licencia federativa del jugador amarillo Ricardo Martínez Sáez.

 

¿Cómo se produjo su pase al Real Madrid?

-  Un acaudalado empresario de Elche era amigo personal de D. Pablo Hernández Coronado, Secretario Técnico del Real Madrid, quien me ofreció ir a prueba al conjunto merengue. Corría el año 1948 y yo aún tenía edad juvenil. Recuerdo que se organizó un partido contra el Hércules para verme jugar. Me salió un encuentro redondo y fui muy elogiado por la crítica. El presidente del Real Madrid, D. Santiago Bernabéu y el Director General D. Raimundo Saporta vinieron a verme a la pensión donde me hospedaba ofreciéndome un contrato por cinco años. En aquellos momentos no podía creérmelo. Me parecía un sueño pasar a formar parte del mejor club del mundo y llegar a jugar en un plantel integrado por los mejores jugadores.

Recuerdo que mi padre viajó desde Murcia conmigo y me ayudó a establecerme en un hostal ubicado en el centro de Madrid. No podía, por supuesto, imaginarme el auténtico calvario que supondría mi trayectoria en el club blanco, hasta el punto de llegar a decir que el Real Madrid siempre fue un equipo gafe para mí.

El jugador cuando pertenecía a la disciplina del Real Madrid.

 

En el equipo merengue no gozaría Vd. de muchas oportunidades…

- Yo llegué con muy buenos informes y todos me recibieron maravillosamente pero…

En el Real Madrid se vivía una etapa de transición incorporándose jugadores como Muñoz, Olmedo, Pahíño y yo. Comencé a alinearme de titular con Molowny que jugaba de interior izquierda y era toda una institución en la entidad blanca.

Olmedo y yo habíamos hecho toda la pretemporada a ver quien se hacía con el puesto pero tuve la desgracia de caer enfermo y Olmedo aprovecharía su oportunidad.

El pundonoroso ariete militando en el equipo filial madridista del Plus Ultra.

 

Posteriormente fue cedido Vd. al filial madridista.

- Cuando me recuperé de la enfermedad comencé a jugar en el Plus Ultra, filial por aquel entonces del Real Madrid, donde permanecí tres temporadas. Formando en este equipo me enfrentaría a la UD Las Palmas en la temporada 1950/51, año del primer ascenso del equipo amarillo a la Primera División. Más tarde fui cedido al Valladolid donde realicé dos magníficas temporadas. El equipo albivioleta luchaba desesperadamente por permanecer en la División de Honor y se había reforzado con grandes jugadores. Su entrenador, Ipiña, me tenía en alta estima y una vez conseguido el objetivo, fue fichado por el Real Madrid. Conocedor de mi condición de cedido me llevó con él al club blanco donde de nuevo me recibieron con los brazos abiertos. Muy pronto me llevaron a la Pequeña Copa del Mundo que se disputaba en Bogotá y Caracas quedándonos campeones. Aquel viaje fue una auténtica tragedia para mí ya que caí enfermo con el tifus, que en aquellos tiempos era una enfermedad que podía llegar a ser grave y contagiosa. Me hicieron permanecer aislado hasta regresar a Madrid, circunstancia que me afectó mucho moralmente. Todas aquellas desagradables experiencias me hicieron pensar que el Real Madrid no había sido hecho para mí. Mis pensamientos y aspiraciones de dejar el club iban tomando cada día mayor consistencia. Cuando llegó la oferta del equipo canario no dudé ni un instante en dar una respuesta afirmativa.

Nota del nuevo entrenador amarillo D. Jesús Navarro Mazotti requiriendo la contratación del delantero murciano.

Carta de archivo de la UD Las Palmas dirigida al presidente del Real Madrid, D. Santiago Bernabéu, solicitando los servicios del jugador Ricardo Martínez Sáez.

 

¿Cuándo suscribió contrato con la UD Las Palmas?

- Fue en la temporada 1953/54. La UD Las Palmas se encontraba en Segunda División y yo había recibido ofertas de Primera. La temporada anterior había venido con el Valladolid y me había quedado maravillado con la isla y aunque representaba un riesgo muy grande para mí, tomé la decisión con gran firmeza. Hoy, al cabo de tantos años, puedo decir con seguridad que acerté plenamente.

Documento del traspaso del jugador Ricardo Martínez Sáez a la UD Las Palmas.

 

 

Habiendo Vd. jugado tan pocos partidos con el Real Madrid ¿Cómo pudo el club amarillo interesarse por sus servicios?

-  Yo me había enfrentado al club canario estando en el Plus Ultra y posteriormente con el Valladolid realizando buenas actuaciones. Las dos campañas con el equipo del Pisuerga fueron excelentes y mi nombre comenzaba a sonar a nivel nacional. Por otra parte, Luis Molowny, compañero mío por aquel entonces en el Real Madrid, había recomendado mi fichaje.

Estipulación añadida al contrato suscrito entre Ricardo Martínez Sáez y la UD Las Palmas, cuya prima de fichaje se fijaba en 25.000 ptas.

 

¿Recuerda Vd. su llegada a Gran Canaria?

- Llegué a la isla un jueves antes del primer partido de liga en nuestro estadio con el Linense. Fueron a recibirme al aeropuerto los directivos D. Domingo Salas y D. Jesús Rodríguez Doreste. Nos dirigimos a la antigua sede social donde firmé un contrato por tres años. La UD Las Palmas pagó por mi fichaje 325.000 ptas. Mi ficha era de 100.000 ptas. por temporada que se me pagaba en cuatro plazos de veinticinco mil ptas. El primero al suscribirse el contrato, la segunda y restantes entregas irían todas en una letra de cambio que yo libraba y aceptaba el presidente D. Eufemiano Fuentes Díaz. Como gratificación especial por carestía de vida, el club me entregaba mensualmente la cantidad de quinientas pesetas. Estas cantidades pueden parecer irrisorias hoy en día, pero en aquella época eran cifras respetables.

El jugador murciano Ricardito, fotografiado en el Aeropuerto de Gando a su llegada a nuestra ciudad procedente de Madrid.

 

¿Cómo fue el día de su debut?

- No pude realizar sino un entrenamiento en el Estadio Insular. Enseguida partimos para la Residencia Feluco Bello en Tafira Alta donde teníamos nuestro lugar de concentración. En el partido contra el Linense me alineé de interior izquierdo formando ala con Peña. Fue un partido muy duro que terminamos ganando por dos a cero. La afición fue muy generosa conmigo desde el primer momento aplaudiéndome en cada intervención.

En los primeros encuentros se alineaba Vd. de interior pero fue como delantero centro donde alcanzaría una gran popularidad…

- Yo era un jugador que sabía golpear el balón con las dos piernas, aunque preferentemente con la derecha. Cuando llegué al equipo amarillo comencé alineándome de interior izquierdo ya que el club había fichado a un delantero centro vasco llamado Villota que era muy alto e iba muy bien de cabeza. Posteriormente por necesidades del equipo me alinearon de delantero centro, donde quizás por mi pundonor y entrega, el público me cogió gran afecto. Yo era ante todo un jugador de club que trataba de sacrificarme al máximo por el equipo y por los compañeros. Me gustaba la labor de conjunto, aunque fuera en detrimento de mi lucimiento personal.

Ricardo inaugurando el marcador tras obtener un gol de cabeza con su clásico estilo.

 

A pesar de la furia que imponía en todas sus acciones Ricardo nunca fue expulsado del terreno de juego.

- Mi juego era fuerte y al choque aunque no exento de técnica. Muchas personas me dicen frecuentemente que en la cancha me transformaba dado que en mi vida privada tengo un carácter apacible y sosegado. Sin embargo, nunca fui un jugador violento. Jamás fui amonestado ni expulsado de un terreno de juego, aunque era lógico que en alguna ocasión tuviera mis duelos particulares con aquellos duros defensas. Aún perdura en mi memoria la imagen del gran central sevillista Campanal levantándome por los aires en el Estadio de Nervión.

En las crónicas de la época los entrenadores coinciden en afirmar que Ricardo era un jugador ideal para cualquier técnico…

- Siempre traté de acatar las órdenes del entrenador aunque no fueran de mi agrado. En mi carrera deportiva aprendí de muchos y muy buenos. En la UD Las Palmas tuve como primer técnico a D. Jesús Navarro, hombre de fuerte carácter que conocía mucho de fútbol y me trató muy bien. Los resultados, como siempre pasa en el fútbol, le hicieron cesar y fue sustituido por Satur Grech. Éste era un técnico muy elegante y experimentado que entendía bien al jugador. Con él realizamos muy buenas temporadas consolidándonos en Primera. También tengo un gran recuerdo de Luis Molowny que había sido compañero mío como jugador del Real Madrid y en las postrimerías de su carrera vendría a Las Palmas como jugador-entrenador, salvándonos del descenso automático.

Llega Vd. a la UD Las Palmas en la época de las primeras incorporaciones foráneas ¿Afectó esta circunstancia a la convivencia del grupo?

- No viví la primera época de la fundación donde todos eran canarios, aunque aún quedaban en el equipo muchos jugadores fundacionales como Beltrán, Ignacio, Peña, Juanono, Villar, etc… Las relaciones entre nosotros eran admirables. Desde mi llegada tanto la afición como mis compañeros me acogieron con un gran cariño. Naturalmente yo como foráneo vivía con Pepín en una casa de Ciudad Jardín y era el compañero más allegado, pero todos formábamos un excelente grupo de amigos que trascendía lo meramente deportivo.

En un perfecto control de balón en el viejo Estadio Metropolitano.

 

¿Le trató bien la crítica deportiva?

- Maravillosamente. Se puede decir que fui un jugador privilegiado en ese sentido. Desde mi llegada las muestras de afecto y solidaridad fueron continuas. Los aficionados sentían hacia mí un sentido de protección muy acusado llamándome Ricardito y defendiéndome en toda clase de adversidad. Aún recuerdo aquel partido de liga con el Atlético de Bilbao que quedó con el resultado de empate a tres. Fue un buen encuentro por ambas partes, muy emocionante por la marcha del tanteador. Nosotros aventajábamos a los bilbaínos por 3-1 y terminamos empatando a tres tantos.

En un partido jugado frente al Atlético de Bilbao que ha quedado denominado para los anales de la historia como "el partido de las langostas", el defensa bilbaíno Orúe propina un cabezazo a nuestro delantero disputando un balón por alto, teniendo Ricardo que salir del terreno de juego. Cuando el jugador regresa de nuevo al campo con la nariz fracturada, provisto de un vendaje, el público le recibe con una gran ovación, teniendo además la fortuna de marcar un gol. Como premio el club le tributa un homenaje al siguiente partido frente al Deportivo de La Coruña, saliendo al centro del campo escoltado por el presidente de la entidad D. Eufemiano Fuentes, Juanito Beltrán y el entrenador Satur Grech.

 

El lateral derecho bilbaíno Orúe me dio un cabezazo disputando un balón por alto en jugada fortuita, rompiéndome el tabique nasal y teniendo que salir del campo. Entré en la caseta para regresar al poco rato con un vendaje. El público me recibió con una gran ovación y yo tuve la suerte de marcar un gol. ¡Aquello era el delirio! Guardo un imborrable recuerdo de aquel partido. Este encuentro contra los bilbaínos ha quedado para la historia como "el partido de las langostas" por la proliferación de langostas venidas de África en el terreno de juego. A raíz de aquel choque contra los bilbaínos me hicieron muchos homenajes. Recuerdo uno en el Cine Royal completamente abarrotado de público, donde me hicieron varios obsequios, y el que me rindió el club saliendo al centro de la cancha antes del partido con el Coruña vestido de paisano acompañado del presidente D. Eufemiano Fuentes, el entrenador Satur Grech y nuestro capitán Juanito Beltrán.

El presidente de la UD Las Palmas D. Eufemiano Fuentes Díaz en los prolegómenos del choque frente al Deportivo de La Coruña imponiéndole al jugador Ricardo la insignia de oro del club.

¿Se cuidaba como deportista?

- Creo que de forma excesiva. Yo vivía sólo para el fútbol y con el paso de los años he llegado a pensar que esto no es bueno. En una ocasión Hernández Coronado que era Secretario Técnico del Madrid me hizo una recomendación: " a ti te pasará lo mismo que aquel buen ciudadano que cuando murió le pusieron este epitafio: ¡Aquí yace un hombre que era bueno y quiso ser mejor!"

El partido más completo…

- Fueron muchos y con el transcurso de los años algunos recuerdos deportivos se han ido difuminando. Aquel encuentro de las cigarras contra el Atlético de Bilbao lo tengo grabado en la memoria ya que la reacción del público hacia mi persona fue extraordinaria. También guardo un recuerdo especial de un formidable encuentro que realizamos contra el Real Madrid en nuestro estadio donde nos empataron a un tanto de forma muy dudosa con gol de Molowny. Un partido que también recuerdo gratamente sería el de nuestro segundo ascenso a Primera División en Tenerife, empatando a cero tantos. El recibimiento que nos brindó la afición y todos los agasajos posteriores fueron muy emotivos.

Teniendo como testigo inerte el incomparable marco de "las arenas" el jugador Ricardito pugna por un balón aéreo con un defensa españolista. Al fondo, los jugadores amarillos Vázquez y Naranjo observan la jugada.

 

¿Lesiones importantes?

- Era un jugador muy sacrificado y jugué lesionado en muchas ocasiones. No obstante, tuve la gran fortuna de no lesionarme gravemente y eran simplemente tirones o rotura de fibras porque tenía una masa muscular muy dura. El público sabía apreciar mi pundonor en la cancha ya que nunca hacía alardes de quejarme y siempre traté de ser un jugador honrado.

Los jugadores murcianos militantes en la UD Las Palmas, Marcial y Ricardo posando para sus paisanos con unos jóvenes aficionados en el Estadio de La Condomina.

¿Qué defensa le marcó mejor?

- En aquellos años había grandes jugadores y destacados defensas como Mujica, Garay, Parra, Quincoces, Santamaría, etc… Sin embargo el defensa que mejor conocía mi juego era Ontoria, de la Real Sociedad. Siempre que jugábamos me hacía un marcaje muy férreo y no me dejaba tocar un balón.

Durante una concentración de nuestro equipo, entre el masajista Juanito Gil y su gran amigo el guardameta Pepín.

¿Relaciones con el club y la directiva?

- Siempre fueron buenas, aunque reconozco que hubo momentos que nos vimos obligados a tomar acuerdos desagradables. En aquellos años el club amarillo tenía grandes dificultades económicas y los jugadores cobrábamos de tarde en tarde y nunca las cantidades enteras. Hay que entender que los profesionales viven sólo para el fútbol y es una carrera muy corta. En ocasiones no daban contestación a nuestras justas reivindicaciones y había momentos de crispación pero al final, con voluntad y paciencia, todos los problemas terminaban solucionándose.

Ricardo Martínez Sáez (Ricardito) posando para la cámara de Ascanio momentos antes de un importante choque celebrado en nuestro estadio.

¿Cuál es su valoración del fútbol actual?

- El fútbol está muy profesionalizado y excesivamente mercantilizado. Todo ello ha traído como consecuencia que haya perdido en emoción y espontaneidad. El fútbol es ante todo espectáculo e improvisación. En mis tiempos se podían ver continuas jugadas de ataque con remates desde todos los ángulos y distancias que llevaban la emoción y la sorpresa al graderío. Había jugadores que eran auténticos genios. Malabaristas del balón que hacían del fútbol un arte. Había mucha profundidad en el juego y el guardameta tenía que intervenir constantemente, realizando paradas muy espectaculares al atrapar el balón. Hoy en día es muy difícil ver un blocaje de balón en el aire ya que los porteros tratan de desprenderse del esférico, aún en los disparos más insignificantes. Creo que de cara al espectador el fútbol ha perdido mucho atractivo.

Personalmente, sigo el fútbol a través de los medios de comunicación. Los jugadores por regla general vemos los encuentros de forma muy desapasionada y ahí se pierde un factor esencial en fútbol como es la emoción.

Ficha de archivo del jugador de la UD Las Palmas, Ricardo Martínez Sáez (Ricardito).

 

¿Cuántas temporadas defendiendo los colores de la UD Las Palmas?

- Ingresé en el club en la temporada 1953/54 militando el equipo en Segunda División. En este primer año recuperamos la categoría perdida donde permanecería hasta la temporada 1959/60 en que causé baja. Mi número de encuentros oficiales jugados es de 137 repartidos entre 127 de Liga y diez de Copa.

Retirado del fútbol Ricardo Martínez Sáez se estableció en nuestra isla formando hogar con una canaria que le ha dado tres hijos, encaminando sus pasos hacia el turismo, regentando una residencia de su propiedad (Ricana) cerca de la Playa de Las Canteras. Con el tiempo el turismo emigró hacia el sur, creando una agencia de viajes mallorquina llamada Cevasa, que posteriormente fue comprada por el Grupo Barceló.

En la actualidad está retirado de toda actividad, viviendo completamente desvinculado del mundo del fútbol.

 

Cancelación del contrato del jugador Ricardo Martínez Sáez (Ricardito) con la UD Las Palmas.