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Federico Páez recibirá la insignia de oro y brillantes de la UD

El presidente de la UD Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, hará entrega de la insignia de oro y brillantes del club al legendario jugador Federico Páez. El acto tendrá lugar este sábado en los prolegómenos del partido que la UD Las Palmas disputará frente a

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El próximo sábado en el Estadio de Gran Canaria en los prolegómenos del encuentro ante el Real Zaragoza, el entrañable ex jugador y empleado de U D Las Palmas durante 43 años, Federico Páez Martín verá compensado al fin su gran sueño tras su dilatada trayectoria en la entidad.

El Consejo de Administración de la UD Las Palmas liderado por su presidente D. Miguel Ángel Ramírez Alonso quiere de esta forma premiar y saldar una deuda de gratitud contraída con el ex jugador imponiéndole la insignia de oro y brillantes del club en reconocimiento a su meritoria labor.

Pocos actos como el del próximo sábado podrán ser calificados de tan merecidos, consensuados y populares.

Merecido por su expediente intachable y los méritos que concurren en el homenajeado. Su dedicación, esfuerzo, discreción y generosidad han sido valores heredados de sus mentores de antaño en su época de jugador. Figuras irrepetibles que incrementaron la grandeza de este club y que para él fueron paradigma de enseñanza.

Consensuado porque Federico Páez nunca ha contado con segmentos de disconformidad ni dentro ni fuera de la entidad amarilla, siendo apreciado y querido en todo el entorno futbolístico de manera muy singular.

Popular porque detrás de nuestro reconocimiento y nuestras palabras se encuentra la adhesión del pueblo llano, todos los aficionados y simpatizantes de nuestro querido club que le profesan un enorme respeto y cariño por su humildad y honradez.

Para todo aquel que de alguna manera ha formado parte de esta gloriosa institución se hace difícil el entender el organigrama de este club y su devenir sin su peculiar presencia y forma de ser. También nos costará no volver a escuchar con la misma frecuencia sus famosos gestos y expresiones guturales, unidos a dichos tan propios como: "¡Me quiero morir!" "¡Por Dios y Santa Rita de Casia!", etc… que tanto nos han hecho reír.

Hijo de Juan Felipe Díaz y Dña. Antonia Martín Luzardo, nació en la calle Palmar del popular barrio de La Isleta, por el que siente auténtica veneración.

Como muchos chicos de su generación y de estrato social humilde, comenzaría dándole patadas a aquellas pelotas de trapo, que él y sus hermanos configuraban con las medias  y telas de su madre, destacando desde muy corta edad por su gran fortaleza y habilidad goleadora.

En un entorno bajo los efectos aún cercanos a  la postguerra, Federico Páez y su familia padecerían muchas vicisitudes y necesidades que se incrementarían con la muerte de su progenitor en su primera adolescencia.

Federico Páez comenzaría jugando descalzo en las calles apacibles y despobladas de La Isleta de aquellos años. Sus cualidades fueron pronto observadas por un entusiasta del fútbol canterano llamado Luisito que vivía en la calle Silva justo al lado de la casa del mítico ex jugador de la UD Las Palmas Joaquín Peña, por aquel entonces integrante del club amarillo en Primera División y en la cresta de la fama.

La insistencia de Luisito presidente de un equipo llamado Atalaya era permanente. Un buen día se decidió a fichar en este quipo junto a otros amigos del barrio. El conjunto del Atalaya de club adheridos jugaba sus encuentros en la popular piscina de La Isleta y de aquellos años son sus primeros recuerdos. Sin embargo, el Atalaya transcurrido un año de su ficha, decide fusionarse con el Porteño que entrenaba uno de los educadores del fútbol canterano más relevante de todos los tiempos: Polo.

El club albiverde tenía como presidente en aquella década de los cincuenta a D. Víctor Del Rosario.

En el Porteño llegó a jugar con compañeros como Pacuco Rosales, jugador y ex entrenador amarillo, quien desde muy temprana edad destacaba por su astucia, picardía en el área.

Paralelamente D. Francisco Vera, verdadera alma máter de un club del barrio de San Nicolás, de mucho prestigio llamado San Lázaro que jugaba sus encuentros en el Barranco de Guiniguada junto al por aquel entonces Hospital Militar lo visita en su domicilio particular prometiéndole llevarlo y traerlo en los días de partido a condición de fichar por el club que dirigía.

Recuerda con añoranza Páez la caballerosidad de D. Francisco Vera y su enorme pasión por el fútbol.

Con el paso de los años el Porteño, uno de los dos equipos en los que jugaba,  se hizo filial del Artesano rigiendo los destinos del club de La Naval D. Carlos Verdú, todo un caballero del deporte.

Federico Páez permanecería en la entidad artesanista cinco años; tres en su equipo juvenil, donde sería elegido por Luis Molowny y Antonio Velázquez para integrar la Selección Juvenil de Las Palmas y dos en el equipo regional.

Selección Juvenil de Las Palmas, temporada 65/66.

 

Aún son recordados sus dos soberbios goles de cabeza a la selección italiana que caía eliminada en el Estadio Insular.

 

En sus dos años con el Regional Artesano tendría como compañeros a jugadores que con posterioridad ingresarían igualmente en la disciplina del club amarillo: Trona, Hernández, Pacuco, Cordón…

Tras fallecer su padre se ve obligado a dejar los estudios primarios y aceptar un empleo en la empresa de astilleros Bazán.

Concluida su etapa regional en el Artesano y una vez cumplido el servicio militar, el directivo de filiales José Ramírez lo llama para integrar el Aficionado de la UD Las Palmas.

Federico Páez cuando militaba en el  Aficionado de la UD Las Palmas.

 

De igual forma, el Hespérides presidido por el empresario D. Octavio Barrera Moya le hace una suculenta oferta difícil de rechazar en aquellos años. El presidente hesperidista ofrecía 25.000 ptas. mensuales, cantidad astronómica en aquellos años en el fútbol regional.

Sin embargo, Federico Páez, en un acto de amor a los colores y a pesar de las imperiosas necesidades de su humilde hogar, prefirió vincularse a la entidad amarilla gratuitamente.

Muy pronto comienza los entrenamientos en el Aficionado a las órdenes de Manolo Farías, legendario ex jugador del Marino CF, Atlético de Aviación y Racing de Santander además de ser integrante de la Selección Canaria que a las órdenes de Arsenio Arocha vencería en memorable gesta al San Lorenzo de Almagro en el Estadio de Chamartín.

Manolo Farías, con su visión empírica del fútbol basada en una sabiduría de juego práctico en detrimento del concepto ornamental y estético del balompié, fue según sus propias palabras el mejor entrenador que ha tenido en su vida deportiva.

Fruto de sus excelentes actuaciones en el Aficionado proclamándose campeón de la Liga Provincial y Liga Interregional ingresa en el primer equipo de la UD Las Palmas a las órdenes de Héctor Rial.

Su debut en la UD Las Palmas tendría lugar en la primera jornada de liga de la temporada 70/71 ante el Athletic de Bilbao en el estadio de San Mamés, donde el equipo amarillo, bajo la dirección técnica de Pierre Sinibaldi, vencería a las huestes de Ronnie Allen por uno a dos, siendo Federico Páez el artífice del triunfo canario al desnivelar la contienda en el minuto 82, batiendo de forma imparable al cancerbero vasco José Ángel Iríbar.

Se daba la circunstancia que en aquella temporada regresaba de nuevo al club tras largos años de ausencia el guardameta Antonio Betancort quien reaparecía defendiendo los colores de la UD Las Palmas en aquel encuentro.

La alineación que presentó la UD Las Palmas en La Catedral sería la siguiente: Betancort; Martín II, Tonono, Estévez; Carmelín, Castellano; León, Gilberto II, Páez, Germán y Gilberto I.

Actuarían como suplentes: Oregui, Menchu, Platas y Bosmediano.

Federico Páez militaría toda su carrera deportiva profesional en la Primera División del fútbol nacional siendo la UD Las Palmas su único club.

Federico Páez.

En su dilatada trayectoria en la entidad jugaría bajo las órdenes de Héctor Rial (amistosos), Pierre Sinibaldi, Heriberto Herrera Roque Olsen, Miguel Muñoz, Antonio Ruiz, Walter Skocik y José Manuel León.

Durante su estancia en el club la institución fue regida por sólo tres presidentes: JuanTrujillo Febles, Atilio Ley Duarte y José De Aguilar Hernández.

Jugador polivalente prestó impagables servicios al club en diferentes demarcaciones. En sus comienzos como delantero centro donde destacaría por su facilidad en el juego aéreo, arrojo y valentía. Con el transcurso del tiempo alternaría diferentes demarcaciones como la de interior con posiciones más retrasadas realizando una excelente labor de contención en partidos decisivos.

Federico Páez no fue una estrella rutilante pero sí una luz permanente y un ejemplo de entrega y sacrificio en los terrenos de juego en beneficio de nuestro club.

Según registran los archivos del club, Federico Páez Martín, nació en Las Palmas de Gran Canaria el 18 de febrero de 1948. Ingresa en la UD Las Palmas procedente del Artesano. Su fecha de compromiso con la UD Las Palmas data del 20 de septiembre de 1970 como amateur compensado, firmando su primera ficha profesional al año siguiente. Su baja en el club se produce el 30 de junio de 1983 con 284 encuentros oficiales jugados repartidos entre 226 de Liga, 52 de Copa y 6 de la Copa de la UEFA con un cómputo global de 13 goles, divididos entre 11 de Liga y 2 de Copa.

Una formación de la denominada "época de los argentinos".
De izquierda a derecha, de pié: Carnevali, Noly, Hernández, Páez, Castellano y Wolff.
Abajo: Félix, Brindisi, Morete, Germán y Gerardo.

 

Concluida su carrera deportiva el Director General de la entidad, D. Jesús García Panasco y su adjunto y jefe de archivos del club  D. José Guerra Pérez, le incorporan de nuevo a la institución como jefe de instalaciones en el Estadio Insular y Barranco Seco, donde realiza una eficiente labor durante muchos años.

Paralelamente regresaría a la cadena de filiales entrenando al Regional y ayudando a Paco Castellano como delegado de Las Palmas Atlético. Con posterioridad entrenaría a todas las categorías inferiores del club. De igual forma cuando Germán Dévora se hace cargo de Las Palmas Atlético le ayuda como entrenador auxiliar. Al requerir los dirigentes del club a Germán a efectos de ejercer como entrenador del primer equipo, Federico Páez asume las riendas de Las Palmas Atlético quedando imbatido.

Tras la configuración de la Escuela de Fútbol del Cabildo entra a formar parte de su organigrama como entrenador de porteros siendo el jugador de la UD Las Palmas y Real Madrid, Rafael Batista Hernández (Felo), director de la misma.

Federico Páez, allí entre aquellas gradas que habían sido testigo inerte de tantas épicas batallas se encontraba ahora en su ardua tarea diaria.

Se levantaba con el alba y encaminaba sus pasos a su lugar habitual en el Estadio Insular donde intercambiaba funciones con Maestro Gumersindo, Maestro Pepe y todo el equipo de trabajadores y técnicos, donde él mismo se encargaba de regar y cortar el césped tras la baja del Sr. Antonio Mayor.

Una vez organizado el ímprobo trabajo del recinto deportivo se dirigía a las instalaciones de Barranco Seco donde junto a los añorados Santiaguito y Fermín, que habían sido incorporados al club por el directivo D. Manuel Betancor, intentaba que todo lo concerniente a los terrenos de juego estuviera en perfecto estado.

El tiempo seguiría su inevitable curso y la entidad sufriría la intervención de una Ley Concursal. Tras una injusta regulación de empleo Federico Páez se ve desligado del club de sus amores.

Según sus propia palabras tres han sido sus momentos de mayor dolor en la entidad amarilla, el anteriormente expuesto del proceso concursal, su no alineación en la Final de Copa del Rey ante el FC Barcelona considerando que Miguel Muñoz lo había alineado en el partido anterior siendo el jugador más destacado y el fatídico descenso ante el Athletic de Bilbao en la temporada 82/83 tras 19 campañas en la División de Honor que trajo como consecuencia su retirada definitiva como jugador en activo.

Tomando posesión como presidente del club D. Miguel Ángel Ramírez Alonso, el Consejo de Administración de la UD Las Palmas SAD  propone desde un primer momento su reingreso de nuevo a la entidad colaborando con el máximo responsable de filiales, Manuel Rodríguez "Tonono" en el transporte de los jugadores filiales a sus respectivos entrenamientos.

Federico Páez es quizás el último vínculo afectivo de la época dorada del club. Nadie como él en la actualidad ha permanecido durante más de cuatro décadas al servicio de la institución, y por su lealtad y ferviente dedicación a este club merece nuestros mayores elogios.

La reputación de la institución fue siempre para él cuestión prioritaria. Federico Páez no ha sido nunca un ente trashumante en función de un interés o beneficio propio sino que su mundo de valores y conceptos emerge, germina, se desarrolla y finaliza en un solo club al que ha dedicado gran parte de su vida y ha considerado como su segundo hogar.

Federico Páez nos ha dejado un claro ejemplo de abnegación, renuncia, honestidad y honradez a una causa.

Compañero entrañable, por todos tus desvelos y sacrificios, en este día tan especial para tu persona, donde se te impondrá la insignia de oro y brillantes de la entidad, sólo nos queda expresarte nuestra más ferviente, sincera y sentida gratitud.