Hoy, 20 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Infancia y, como cada año, Naciones Unidas conmemora la fecha en la que la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959. Se reconocía, entre otros, el derecho del niño a la educación, el juego, la atención de salud y a un entorno que lo apoyara.
La práctica deportiva bien orientada, es una excelente herramienta que ayuda al desarrollo integral de los menores, mejorando aspectos tan importantes como la socialización y reforzando, entre otros, la confianza y autoestima de los niños, niñas y adolescentes. Además, el reto de los formadores en estas etapas debe centrarse en regular de manera adecuada esa actividad deportiva y sus valores, completando, lo anteriormente mencionado, con la enseñanza de destrezas técnicas y asegurando el bienestar de los jóvenes deportistas.
La Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y adolescencia frente a la violencia (LOPIVI), establece, para aquellas entidades que realizan actividades deportivas o de ocio con personas menores de edad, una serie de obligaciones para garantizar el bienestar y facilitar entornos seguros. En su capítulo VIII, dedicado al ámbito deportivo, enumera, para aquellas entidades que trabajen con menores, los requisitos fundamentales de disponer de protocolos de actuación frente a la violencia, nombrar a un delegado de protección de la infancia e impartir formación a todos los adultos que trabajen con menores.
Asimismo, en el título II, "Deber de comunicación de situaciones de desprotección, riesgo o violencia", recoge el deber genérico, afectando a toda la ciudadanía, de comunicar de forma inmediata a la autoridad competente la existencia de situaciones de violencia ejercida sobre niños, niñas y adolescentes. Una obligación que se acentúa en aquellos colectivos que, por razón de su cargo, profesión, oficio o actividad, tienen encomendada la asistencia, el cuidado, la enseñanza o la protección de personas menores de edad.
La figura del delegado de protección es muy importante en el ámbito deportivo, no solo porque mejora el canal de comunicación para notificar y actuar ante posibles situaciones de riesgo o maltrato, sino también por el papel protagonista que adquiere para sensibilizar y prevenir. Sin embargo, no debemos olvidar que el deber de comunicar es responsabilidad de todos con el claro objetivo de ayudar a construir entornos seguros en el deporte.
