1. Considerando que tanto los máximos órganos del fútbol español así como los de las instituciones de la Unión Europea se han pronunciado a favor de la venta centralizada de los derechos de televisión de las competiciones de Primera, Segunda División y la Copa de S. M. el Rey;
2. Considerando que la venta individual de los derechos televisivos ha propiciado reiteradas "guerras del fútbol" que han penalizado durante ya demasiados años y de forma severa a los operadores televisivos, a los clubes, al desarrollo de las competiciones y a los consumidores;
3. Considerando que la venta individual impide la comercialización de los derechos fuera de España, tal y como está requiriendo este mercado, lo cual resta competitividad al fútbol español respecto de los países de nuestro entorno;
4. Considerando que esa imposibilidad de vender los derechos fuera de nuestro país para la próxima temporada y sucesivas está haciendo que el mercado se decante por otros productos, depreciando de forma importante el valor del fútbol español;
5. Considerando que el instrumento de regulación de esta venta debe estar dotado de la rigidez que los equipos, de forma individual, no tienen la capacidad de darle. Poder evitar que la discusión sobre cómo llevarlo a cabo continúe instalada permanentemente en la agenda de los equipos, imposibilitando así el correcto gobierno del fútbol y por ende afrontando los desafíos a los que se enfrenta en un entorno tan cambiante;
6. Considerando que la correcta explotación comercial del fútbol en televisión debe acompañarse de garantías para los derechos de los consumidores y ser compatible con el papel que el fútbol, como activo principal de los operadores de pago, debe desempeñar en el desarrollo de la sociedad de la información y servir acceso a las últimas tecnologías al mayor número de espectadores posibles;
7. Considerando que los clubes y operadores han respetado la no suscripción de acuerdos que imposibilitarían la aplicación de una normativa de venta centralizada, algo que no podrá sostenerse mucho más tiempo;
8. Considerando que los acuerdos suscritos a comienzo de la temporada 2012/2103 finalizan dentro de pocos meses;
9. Considerando que los clubes del fútbol profesional desean y aceptan que el Gobierno sea quien decida los criterios de reparto de los ingresos televisivos, de acuerdo con lo que considere el interés general;
10. Considerando que las reformas emprendidas desde 2012 por el fútbol profesional sobre gobernanza, juego limpio financiero y extinción de la deuda pública de los clubes requiere instrumentos que hagan posible progresar en esos objetivos;
INVITA al Gobierno de la Nación a que con la enorme urgencia que requiere la grave necesidad descrita, dicte la normativa que en lo sucesivo regule la venta centralizada de los derechos de televisión de las competiciones en las que participan los equipos del fútbol profesional, de acuerdo con el compromiso reiteradamente manifestado por el Consejo Superior de Deportes. Se precisa que dicha regulación incluya tanto el método para la comercialización, como el sistema para el reparto de los ingresos que esta produzca, de acuerdo con los perfiles anunciados por el Secretario de Estado para el Deporte en la Asamblea de la Liga Nacional de Fútbol Profesional celebrada en Vigo el 19 de noviembre de 2014.
INVITA al Gobierno de la Nación a que considere que si en un plazo de tiempo muy corto no se dispone de esta herramienta, se frustrará definitivamente la histórica oportunidad de equipararnos a los países de nuestro entorno. Los integrantes de esta Asamblea de la Liga Nacional de Fútbol Profesional nos volveremos a ver inmersos en un entorno de desestabilización que repercutirá en la posibilidad de disponer de una organización de nuestra actividad mercantil y deportiva razonable, y afectará negativamente no sólo a la economía de los clubes y SAD, sino también de todas las empresas del sector, incluidos los operadores de televisión de pago. Con todo ello se impide la prosperidad de una actividad que desea seguir contribuyendo a la imagen de nuestro país en el exterior y a la generación de empleo y prosperidad en el mismo. Debemos evitar repetir los graves errores del pasado.