Las Palmas suma un meritorio empate en feudo de la Real Sociedad (0-0)
La UD Las Palmas cosechó este domingo un empate de gran valor en su visita a la Real Sociedad (0-0), la primera igualada en un marcador de la era Diego Martínez. Los amarillos se vaciaron ante un rival en excelente momento de forma, pero también los visitantes se mostraron audaces y estuvieron cerca de anotar alguna de las ocasiones que se fraguaron en la portería donostiarra.
El encuentro fue de poder a poder, cargado de ritmo y de ocasiones. El reparto de puntos puede ser lo más justo, aunque al excelente espectáculo ofrecido le faltó la salsa de los goles.
Javi Muñoz en la posición del lateral derecho, Juanma Herzog en el centro de la defensa y Jaime Mata en la de ariete fueron las novedades más sobresalientes del once amarillo en feudo donostiarra. Así resolvió Diego Martínez los condicionantes previos de un once que había quedado condicionado desde la última actuación frente al Valladolid.
La puesta en escena del partido fue inquietante para ambos conjuntos, viajando el balón de una a otra portería. Primero lo intentó la Real Sociedad, con dos disparos de Sucic y Zubimendi que se perdieron cerca de la portería de Cillessen. Eran momentos de ajustes defensivos.
Sin embargo, Las Palmas estuvo más cerca del primer gol en los minutos 11 y 15 de ese primer tramo del partido. Fueron Jaime Mata y Moleiro los que pusieron a prueba los reflejos del guardameta local Remiro. Mata captó un balón defensivo de Zubimendi para presentarse en solidario en el área y Moleiro, tras un contragolpe perfecto de los visitantes, también alcanzó zona de remate muy próxima al portero local. Pero Remiro logró desviar a córner ambos intentos y el gol pasó de largo por su zona de control.
El choque era vibrante, abierto. Oyarzábal fue el siguiente que pudo marcar cuando a los 24 minutos se encontró el cuero en el área, pero su duro disparo lo rechazó uno de los postes verticales.
No fue la única ocasión en la que se escuchó crujir la madera del estadio. Porque Sandro también lanzó con potencia a los 55 minutos un disparo que repelió el larguero. La jugada la fabricó Moleiro con internada y pase que su compañero resolvió con un zurdazo.
Minutos después, Moleiro debió pedir el cambio al resentirse en la parte posterior del muslo. Los cambios no modificaron la intensidad de los dos equipos. Antes, al contrario. Porque la gran tensión del encuentro se mantuvo hasta el pitido final, con constantes idas y venidas en las dos direcciones, aunque el balón se resistió a acabar en alguna de las porterías.
El 0-0 no se alteró y el punto le vale a Las Palmas para preparar ahora la despedida de 2024 frente al RCD Espanyol, con la confirmación de una remontada clasificatoria que también se aprecia en el carácter que se está ofreciendo en el terreno de juego.
