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Primer equipo

Se cumplen 30 años de la conversión de la UD Las Palmas en SAD

Hace 30 años, el 30 de junio de 1992, la UD Las Palmas firmó su conversión como Sociedad Anónima Deportiva. Esa fecha es la del momento del cambio del club original, fundado en 1949, a la actual versión de la entidad, que se mantiene ahora bajo la preside

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Aquel paso fue determinante para evitar la disolución del club, que debía cubrir por imperativo legal un capital social de 658 millones de las antiguas pesetas (3,9 millones de euros aproximadamente) asignados al club representativo grancanario. En aquel instante era presidente Luis Sicilia García, que logró un respaldo social notable además de la decisiva intervención final del Cabildo de Gran Canaria.

El deporte profesional en España estaba en una época de cambios y la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas era la solución adoptada para cubrir el déficit económico de las entidades. Junto a la UD Las Palmas, el CB Gran Canaria de baloncesto también tenía que cruzar la frontera del 30 de junio de 1992 cubriendo por su parte un capital social asignado de 150 millones de pesetas (901.500.000 euros).

La voluntad de más de trece mil isleños aportando cantidades para la primera compra de acciones del club amarillo, también la aportación de distintas iniciativas empresariales y el impulso final de la corporación hicieron que los clubes alcanzaran juntos esa transformación, con el final del día ilustrado por una foto histórica en la que van de la mano Luis Sicilia y el presidente del club de basket, Lisandro Hernández.

El movimiento cabildicio de salvación lo lideraron su presidente, Pedro Lezcano, y el recordado vicepresidente de la corporación y hombre de fútbol, Jesús Gómez. Se recuerda de aquellos días a Gómez con el teléfono en mano, escayolada una pierna, para realizar las gestiones necesarias para que todas las cantidades fueran depositadas en tiempo y forma.

En los días previos a la fecha límite había una gran incertidumbre. Porque, además, el equipo amarillo estaba en sus horas más difíciles después de haber firmado su primer descenso a la Segunda División B tras una campaña futbolística llena de decepciones.

Sin embargo, en aquel momento aparecía también la esperanza porque la selección juvenil de Las Palmas había logrado el 27 de junio la Copa de España de la categoría. Ese equipo, dirigido por Ramón Medina, estaba nutrido de manera abundante por juveniles de la UD Las Palmas con el joven internacional Toni Robaina a la cabeza. Y su hazaña deportiva fue un respaldo más a los argumentos de supervivencia del club, que iba a contar con el propio Robaina para sus primeros proyectos de retorno desde la división de bronce.

La mayoría de los clubes españoles lograron ese señalado día del verano de 1992 atravesar ese hito. Y otros no pudieron y se quedaron en el camino.